05 junio 2006

Uno de cada cinco jóvenes accede a su primer trabajo sin un contrato

La mitad de los trabajadores españoles menores de 30 años no puede tener independencia económica, según un sondeo del INE.
sevilla. La precariedad laboral es uno de los problemas que afectan y preocupan a los jóvenes españoles. La mala situación laboral y por tanto los bajos sueldos les impide, en la mayoría de los casos, tener independencia económica, una cierta estabilidad y por supuesto, independizarse del hogar familiar. En el primer trimestre de 2006 en torno a siete de cada diez jóvenes (71 por ciento) habían tenido algún tipo de experiencia laboral remunerada, mientras que el 29 por ciento no había tenido todavía trabajo remunerado alguno, según datos de la encuesta sobre empleo juvenil en España realizada por el Instituto de la Juventud (Injuve).
La edad media en que los jóvenes tuvieron su primera experiencia laboral remunerada se sitúa en los 18 años. En cuanto al tipo de contrato que tenían en ese primer trabajo se observa una gran temporalidad en la contratación juvenil. Dos tercios (66 por ciento) de los primeros trabajos juveniles tenían un contrato temporal (de prácticas, por obra, etc); otro 19 por ciento de esos trabajos no estaban regulados por ningún contrato; y tan sólo un 12 por ciento de esos empleos tenían o tienen un carácter indefinido o fijo.
Los contratos laborales de chicos y chicas se caracterizan mayoritariamente por ser contratos temporales. Podría pensarse que esta temporalidad está asociada a la edad de los jóvenes, y a medida que ven siendo mayores el porcentaje de contratos indefinidos tendería a aumentar. Sin embargo, los datos que ofrecen los jóvenes sobre contratación de estos primeros empleos muestran que la temporalidad de dichos empleos se mantiene incluso en los trabajos de los más mayores (25-29 años).
El tipo de jornada de los primeros empleos desempeñados por los jóvenes, es en la mayor parte de los casos (62 por ciento), a tiempo completo, mientras que el 37 por ciento de los jóvenes estaban empleados a tiempo parcial.
La mayor parte de los jóvenes estaba estudiando cuando llevaron a cabo esa primera actividad laboral pagada (55 por ciento). Aunque el número de quienes empezaron a trabajar después de concluir sus estudios también es bastante considerable (45 por ciento). Este último colectivo de jóvenes necesitó algo más de siete meses de media para encontrar ese primer trabajo remunerado.
La relación del primer trabajo con los estudios realizados muestra un desajuste entre formación y empleo. Así, siete de cada diez jóvenes afirman que dicho trabajo no tenía nada que ver con los estudios realizados, y otro 10 por ciento declara que su actividad laboral tenía poco que ver con su formación. Por el contrario, en torno al 21 por ciento de jóvenes realiza un trabajo que estaba bastante relacionado con su formación.
La situación de los jóvenes en nuestro país en relación con la ocupación, en el primer trimestre de 2006, aparecía polarizada en torno a los que se dedicaban únicamente al trabajo, que suponía el 39 por ciento, y los que únicamente estaban estudiando (32 por ciento). Los que están buscando empleo suponen el 14 por ciento y quienes compatibilizan estudios y trabajo sólo representan el 11 por ciento, Y, existe un 3 por ciento que se declara en otra situación.
Entre quienes sólo trabajan son mayoría hombres (12 por ciento) con respecto a las mujeres.
Diario de Sevilla

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