25 mayo 2006

Cierre de Braun

por Antonio Quesada
El anuncio del cierre de la empresa Braun, fabricante de pequeños electrodomésticos, ha causado un gran sobresalto, ya que a pesar de la amenaza constante de posibles deslocalizaciones por parte de algunas multinacionales de la industria, nadie contaba con este revés. La salida que se ofrece a la mayoría de la plantilla es el despido, en tanto que cuarenta empleados cualificados, dedicados a la investigación y desarrollo, se les ofrece la posibilidad de trabajar en un centro de la firma situado en Alemania. Largas negociaciones con la representación trabajadora, en las que no se alcanzó acuerdo alguno, han procedido a este cierre. Los sindicatos, en argumentación inconsistente por repetida y falta de credibilidad, insisten una vez más en que «no existen causas productivas, económicas y logísticas que justifiquen el cierre de la fábrica, porque la empresa tiene beneficios». Por su lado, la multinacional Gillette, integrada en la estadounidense Procter & Gamble, «pretende con la descentralización reducir gastos y mejorar la productividad». Para los analistas económicos, la globalización económica apareja estos reajustes. Alemania, en efecto, ofrece en estos momentos en el terreno industrial la cara del éxito -que, por cierto, se le está escapando a España-, la del crecimiento industrial, ocupando el primer puesto en el ranking mundial de las exportaciones, dominando en amplios sectores de la industria y manteniendo su fama de fabricante serio, fiable, preciso y riguroso. Bajo esos condicionantes, Alemania, al contrario que España, repetimos, no vive en una prosperidad de ficción que se apoya en el boom de la construcción que absorbe la mano de obra sobrante, sino que resurge pausadamente de la recesión de los pasados años. Por el contrario, pierde España capacidad exportadora y empleo, sin mejorar, por supuesto, los índices referidos al valor añadido. Lo anterior nos lleva a la conclusión de que nuestra situación se tornará más comprometida cuando la adversa realidad no permita más estiramientos artificiales y la construcción deje de constituir el principal elemento generador de capital y empleo. Alemania, en fin, avanza a grandes pasos en la escalada de valor añadido industrial y deslocaliza industria incesantemente hacia China y Europa del Este, la demanda de empleo poco cualificado.
diario La Nueva España

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