El proceso de regularización llevado a cabo por el Gobierno en 2005 es el principal motivo del crecimiento de afiliados originarios de fuera de España.
La presencia de la población extranjera dentro del mercado laboral es una realidad cada vez más patente. Así lo revelan diversos estudios al respecto, como es el caso de un informe publicado por la Consejería de Empleo, que señala que el número de afiliados al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) procedentes de fuera de España alcanzaba los 6.161 a finales de marzo en Córdoba, frente a los 3.593 que se registraban cuando concluyó el primer trimestre de 2005. Esto supone que este colectivo de empleados ha aumentado un 69 por ciento en un solo año en la provincia.
Este índice de subida es el tercero más elevado de todos los contabilizados en el conjunto de Andalucía durante el citado periodo. Almería y Granada son los territorios que acabaron los tres primeros meses del año con una subida más destacada en la región, con un 89 y un 79,2 por ciento, respectivamente. Además, la media de crecimiento en la comunidad autónoma es de casi el 54 por ciento, quince puntos porcentuales menos que en Córdoba, hasta llegar a los 185.492 trabajadores foráneos.
Desde las administraciones y las organizaciones no gubernamentales (ONG) de apoyo a los inmigrantes se justifica este incremento en el proceso de regularización que llevó a cabo el año pasado el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Precisamente, uno de los objetivos principales que se marcó el departamento encabezado por Jesús Caldera cuando puso en marcha este procedimiento administrativo fue el de hacer emerger gran parte de la economía sumergida que suele estar relacionada con el colectivo inmigrante, sobre todo aquella parte del mismo que no cuenta con todos los papeles de residencia en regla.
Al comienzo de este periodo, el propio subdelegado del Gobierno, Jesús María Ruiz, consideraba que la regularización de estos extranjeros en Córdoba supondría a las arcas de la Seguridad Social un aporte extra de un millón de euros. Estas cifras tienen aún más mérito si se tiene en cuenta que las últimas campañas agrícolas de dos cultivos tan importantes en la provincia como el olivar o el viñedo han sido negativas en cuanto a producción y en lo referente a la demanda de trabajadores para la recogida de los frutos.
A pesar de este incremento tan espectacular de este tipo de población laboral, Córdoba sigue ocupando los puestos de cola en lo que a cotizantes extranjeros se refiere. El estudio de la Administración autonómica coloca a la provincia en la segunda posición con un menor número de empleados foráneos. Únicamente Jaén presenta menores datos, ya que cerró el pasado trimestre con 5.658 trabajadores con una nacionalidad distinta a la española. Estas cifras se encuentran lejos de las registradas en otros territorios de la comunidad autónoma, como es el caso de Málaga o Almería, que alcanzan los 64.366 y los 52.725, en cada caso concreto.
En cuanto a la procedencia de este colectivo laboral, casi el 90 por ciento son originarios de Estados no pertenecientes a la Unión Europea, aunque el informe de la Consejería de Empleo no especifica el nombre del país en cuestión.
Diario de Córdoba
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